Manifiesto Recupera Córdoba

Bajo el pretexto de una gran crisis-estafa, nuestro país esta siendo saqueado. La mayoría social trabajadora ha sufrido, por tanto, un ataque sin precedentes que la ha empobrecido. Especialmente a las mujeres, quienes ponen rostro a la pobreza.

Lo que algunas personas llaman crisis, otras, también, lo llamamos estafa. Desde que en el año 2008 se decretara en España el inicio de la crisis y hasta hoy, muchos, demasiados, han sido los derechos sociales, económicos y políticos que los gobiernos del PSOE y del PP han recortado.

Ambos partidos constituyen una alianza, cuya evidencia más significativa fue la reforma pactada del artículo 135 de la Constitución Española, destinada a promover un modelo de país orientado a poner a salvo los intereses de la élite financiera, condenando así, a la mayoría social trabajadora a un recorte constante y sistemático de sus derechos.

La reforma constitucional del año 2011 representó el fundamento legislativo y jurídico de un conjunto de medidas como las reformas laborales, los recortes presupuestarios en las políticas sociales, el freno a las políticas de igualdad y de emancipación de las mujeres, la privatización de servicios públicos y empresas públicas, la desprotección del  medioambiente, la  reforma de la  administración local,  la  Ley mordaza…. Un ataque, en definitiva, contra todas aquellas leyes y normas que representaban el intento de proteger a las personas frente al poder de la élite financiera y de las grandes empresas.

Esta realidad resulta más evidente en las ciudades. En este sentido, la mayor parte de nuestros ayuntamientos —la administración pública más cercana a la ciudadanía—, lejos de velar, en estos tiempos de crisis, por la protección a las personas, se han puesto al servicio de los intereses de los poderosos. Y no olvidemos que los ayuntamientos son también el Estado.

La reciente reforma de la administración local es el más claro ejemplo de esto. Una reforma que va a posibilitar que servicios públicos municipales como la gestión del agua, la recogida y tratamiento de residuos o los servicios sociales, por citar algunos ejemplos, queden en manos de empresas privadas. Una reforma que va a suponer la destrucción de miles de puestos de trabajo y la desprotección, aún más, de toda la ciudadanía.

Córdoba ha ocupado un papel protagonista en este relato social, político y económico. Desde que el Partido Popular y José Antonio Nieto llegaron a la Alcaldía de Córdoba, se han empeñado en convertir a Córdoba en el escaparate de las políticas antisociales del Gobierno de Mariano Rajoy.

En este sentido, fruto de las reformas laborales del gobierno central, en Córdoba hay más personas en paro que en el 2011 y muchas más con dificultades en su día a día.

Fruto de los recortes a la financiación de los ayuntamientos, las políticas sociales en nuestra ciudad se han reducido muy significativamente. El PP cerró en Córdoba colegios públicos como el Félix Ortega, acabó con las políticas de juventud y abandonó programas de igualdad como la Casa de la Igualdad. Además, el PP ha facilitado que muchos de los bienes comunes de nuestra ciudad queden en manos privadas, especialmente muchos de los terrenos destinados a equipamiento público. El PP ha destruido las políticas de participación ciudadana, quitando la voz a quien más la necesita. El PP ha privatizado servicios sociales municipales, dificultando el acceso de las personas que necesitan una atención especial en nuestro ciudad. EL PP y José Antonio Nieto, en definitiva, han construido una ciudad para el uso, el disfrute y al servicio de unas pocas personas. Córdoba, con el PP, ha sido convertida en una ciudad excluyente.

Las personas que suscribimos este manifiesto queremos aspirar a vivir en un nuevo país y en una nueva Córdoba. Queremos que la democracia no sea tan sólo votar cada cuatro años, que el trabajo, la vivienda y el alimento, sean derechos garantizados para todas las personas, que hombres y mujeres vivan en igualdad, sin discriminaciones. Queremos un nuevo país y una nueva Córdoba donde edificar un futuro de ilusión y de esperanza para todas y para todos.

Aspirar a todo esto nos obliga a que, como ciudadanía, nos organicemos para expulsar a los culpables y ofrecer soluciones. Soluciones que comienzan por nuestro ámbito más inmediato, los Ayuntamientos, donde debemos recuperar el poder de la ciudadanía. Un poder ciudadano que, proyectado hacia el porvenir, permita construir una ciudad en la que todas las personas, desde las más jóvenes hasta las más mayores, tengamos la oportunidad de decidir sobre nuestro futuro, en igualdad y con las mismas oportunidades: sin exclusiones.

Por todo esto, las personas que apoyamos este manifiesto queremos:
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• Recuperar la lucha por la emancipación de las mujeres: no puede haber democracia sin feminismo. Poner nuestro Ayuntamiento al servicio de la eliminación, de una vez por todas, de la lacra social que supone la violencia de género.
• Recuperar el protagonismo que el Ayuntamiento de Córdoba debe tener como impulsor y dinamizador de la economía de nuestra ciudad con el fin de crear empleo digno y de calidad.
• Recuperar,  mediante nuevos marcos de participación ciudadana y social, la capacidad que la ciudadanía debe tener en cuanto a la toma de decisiones políticas y la gestión, de manera sostenible y generalizable, de las necesidades básicas y los servicios sociales, el empleo, los bienes comunes y la diversidad cultural en nuestra ciudad.
• Recuperar el compromiso que el Ayuntamiento de Córdoba debe tener en la promoción de políticas que garanticen la igualdad y el bienestar social. Defender el carácter público de los servicios y empresas municipales como instrumentos que garantizan estas políticas.
• Recuperar Córdoba como referente mundial de lugar de Encuentro, Convivencia y Entendimiento que a lo largo de la historia y en muchas ocasiones recientes ha tenido.
• Recuperar un proyecto de ordenación urbano respetuoso con el medio ambiente y con las personas en el que todas y todos podamos desarrollar nuestros proyectos de vida en armonía y sin barreras.
• Recuperar el patrimonio cultural de Córdoba y ponerlo al servicio de toda la Humanidad.
• Recuperar la diversidad cultural, el respeto por las diferentes opciones afectivo sexuales, la laicidad de nuestra ciudad y el diálogo como fundamento de la integración y convivencia ciudadana.
• Recuperar la ciudad como espacio para el aprendizaje y la educación. Nuestra infancia y nuestra juventud, la ciudadanía del futuro, debe ser educada en valores como los de la solidaridad, la justicia social, la igualdad de género, la libertad y la participación.
• Recuperar la empatía de Córdoba, recuperar su solidaridad.

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